D.C.

Nos gustan la melancolía, el café y el humo como símbolos rituales.
Ahora brindamos en un bar de la peatonal y acentuamos nombres propios de mujeres.

Mi amigo mira su vaso fijamente y proyecta imágenes en el líquido marrón.

Una chica de pelo de colores,
un espectro camina entre las mesas,
en la noche de la fría Mar del Plata.

Podríamos, pienso mientras caminamos hacia el mar, explicar cómo:
1) se hace para perderlo todo siempre, de un modo tan eficaz.
2) a los tres días, resucitar de entre los muertos y sentarse a la izquierda de todo.

Rusita Poemas Cortos Vol. 1

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